Ante todo quiero agradecerles por el lugar que me han brindado para compartir opiniones, notas, escritos y todo tipo de expresiones culturales, en esta página que lleva el nombre de uno de los más brillantes escritores de nuestra Nación. Espero que esto pronto pueda convertirse en un refugio para la libertad de expresión de un número cada vez mayor de participantes, y fundamentalmente, como bien lo indica su nombre, un espacio para la resistencia.La nota que transcribo a continuación es justamente una muestra de la importancia de la discusión sobre ciertos temas que son cotidianos, que reflejan la realidad del día a día, pero que a pesar de ello suelen ser ocultados, o hábilmente manipulados.
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El aborto, paradójicamente considerado un tabú, es un tema que debería tratarse en todos los ámbitos, que debería debatirse desde la disyuntiva moral-se
xual.¿Estamos de acuerdo con una institución como lo es la Iglesia y con un sector conservador que condena el aborto elevándolo a la categoría de asesinato, pero que tampoco avala el uso de anticonceptivos? ¿O somos capaces de ver más allá y analizar que ya es tiempo de que la mujer rompa con la dependencia de un sistema diseñado por y para hombres, y que replantea el sistema de salud a nivel mundial?
La nota que a continuación quiero presentarles apunta a reflexionar y tomar posiciones frente a un conflicto que debería ser tratado más a fondo, por estar íntimamente ligado a la problemática actual de nuestra sociedad.
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4 MESES, 3 SEMANAS, 2 DÍAS (4 luni, 3 saptamani si 2 zile), de Cristian Mungiu
4 meses, 3 semanas, 2 días abarca un tema siempre vigente y por demás controversial: la interrupción del embarazo, es decir, el aborto, remitiendo el título al tiempo de gestación que llevaba la protagonista al ser sometida a la clandestina intervención. Fundamentalmente, es importante destacar como es tratado semejante tema en esta película: el aborto no es solo un conflicto de tipo moral, donde interviene el prejuicio religioso acerca de la negación de la vida a un ser humano en formación; es parte de la problemática social de nuestra época, donde abundan las relaciones ocasionales, y donde los vínculos familiares son débiles o casi inexistentes. A esto debe sumarse el contexto en el que se desarrolla el film: la dictadura de Nicolae Cesceascu en Rumania. Recordemos que en dicho país, y debido principalmente a la planificación a ultranza del gobierno sobre los aspectos más íntimos de la vida civil, el gobierno exigía a las mujeres dar a luz a una cierta cantidad de niños a lo largo del ciclo de fertilidad materno. Por ello es que el aborto estaba penado como uno de los peores delitos a ser cometidos, casi comparable al de traición a la Patria.

La trama de la película nos invita a repensar la situación de la mujer en la sociedad actual, quien debe defenderse por si misma de la incomprensión y la marginación de la cual es víctima, careciendo de todo apoyo afectivo. La honrosa excepción a este individualismo se encuentra encarnada en la compañera de cuarto de la protagonista: es esta amiga la que suple el rol materno, y actúa como elemento de contención, brindando cariño y cuidado.
Encontramos de esta forma una solidaridad que, similar a aquella de tipo clasista que plantea Marx, en este caso se manifiesta entre dos personas del mismo sexo: la necesidad de ponerse en el lugar del otro, para así llegar a la comprensión y tolerancia, más que clara queda entonces la importancia que adquiere el otro, y el vínculo de camaradería y sacrificio por el prójimo. Alejada de toda crítica moralista, 4 meses, 3 semanas, y dos días plantea una problemática de raíz social cuya última consecuencia es el aborto.
Nos sugiere que veamos a nuestro alrededor e indaguemos en la situación actual de la mujer a nivel mundial. ¿Es posible un modelo donde la exclusión no sea moneda corriente? Yo creo que sí, y que cada pequeño paso dado hoy, será un gran avance para el futuro.
Enero 2008 – Manuela Expósito.



1 comentario:
Con buenos ojos recibo este planteo, que mas allá de derivarse del mismo una cuestión moral sobre las decisiones de la mujer, se nos plantea la realidad social y sus consecuentes males desde directivas poco precisas y contradictorias incluso, hablamos de esa institución de poder decreciente llamada "Iglesia". Acepto la invitación a ver esta pelicula, y propongo ir todos los integrantes de Resistencia Conti, mas quien quiera acompañarnos, a verla juntos, y luego debatirla entre amistosos tragos...
Muy buen aporte Manu, compañera!
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